MEMORIA DEL CUERPO

El cuerpo recuerda, el cuerpo sabe.
No es la primera vez que me sucede esta experiencia, cómo llamarla "paranormal"? Yo la llamo estar conectada con la memoria celular.
Hace algunos años me obsequiaron un cassette con ceremonias budistas. Hacía poco tiempo que había tomado refugio en el Budismo Tibetano y comencé a meditar con esta música. Pero nunca imaginé lo que iba a suceder. Comencé a visualizar vidas pasadas en China, Japón, Filipinas y el Tibet.
Como soy muy lógica siempre me quedaba la duda de que era lo que había visto y siempre el Universo se encargaba de validarlo.
Tuve la oportunidad de viajar a Japón en el año 93, 95, 96 y 98. Este último cuando fui a estudiar butô.
En el año 96 y estando con unos simpatizantes de nuestro tango en la ciudad de Nagano fuimos a visitar un templo budista cuyo nombre no recuerdo, pero lo que quedó grabado en mi mente fue la experiencia que tuve. Al entrar un monje nos entregaba un libro explicativo del templo y de su fundador. A todos los extranjeros el libro se les entregaba en inglés. Al estar frente al monje y en el momento de darme el libro en inglés, el mismo me miró y entregó el escrito en japonés. De alma a alma dice el libro de Yoka Daishi, maestro Zen.
Hace dos años un día estuve muy triste y llorando, no podía parar de hacerlo. Luego recordé que era el aniversario de la muerte de mi prima, ser al que yo quería con toda mi alma y que partió muy joven.
Durante años he recordado las fechas de las bombas en Hiroshima y Nagasaki, dado que a mis alumnos de butô les hablaba y contaba historias como la de las mil grullas, entre otras.
A veces lo que nos duele lo tapamos creyendo que así no va a doler más, pero el cuerpo tiene memoria.
Hoy todo el día estuve triste y por momentos enojada. Cuando comencé a leer las noticias tomé consciencia del día y empecé a llorar.
Estamos todos conectados por finas hebras y si permitimos a nuestra alma abrirse, entonces el dolor de uno es el dolor de todos. 
El maestro Kazuo Ohno nos explicaba como toda la memoria del Universo está contenida en cada una de nuestras células y como al abrir nuestro corazón nos abrimos al Universo y al amor.
¿Qué es necesario para lograrlo? Voluntad y coraje para ahondar en las sombras de nuestra alma. Fortaleza para no abandonar el camino y aceptación. 
Sólo se puede iluminar el camino aceptando la oscuridad.
En el templo de Nagano había un túnel largo y angosto. Cuando uno entraba algo se vislumbraba, pero a medida que se avanzaba la oscuridad se hacía más potente y entonces sólo era posible percibir con el cuerpo. Los sentidos habían sido anulados por el espacio. La sensación no era agradable. Así se arribaba al final con el que uno se tropezaba y al girar para emprender el regreso estaba la luz.

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